bergson, los animales y los humanos


"Quizás vagas imágenes del pasado desbordan la percepción presente del propio animal, se concebiría incluso que su pasado completo estuviese virtualmente dibujado en su conciencia: pero ese pasado no lo compromete tanto como para liberarlo del presente que lo fascina y cuyo reconocimiento debe ser vivido antes que pensado. Para evocar el pasado bajo la forma de imagen es preciso poder abstraerse de la acción presente, es preciso saber apreciar lo inútil, es preciso querer soñar. Quizá sólo el hombre es capaz de un esfuerzo de esta clase. Incluso el pasado que remontamos de este modo es él mismo escurridizo, siempre a punto de escapársenos, como si esta memoria regresiva fuera contrariada por la otra memoria, más natural, cuyo movimiento hacia adelante nos lleva a obrar y a vivir".

Henri Bergson, Materia y memoria

una estrategia vital


En las condiciones actuales es tal vez más difícil que nunca concebir la creación -o los actos creativos- como portadores de poderes disruptivos en relación a las formas de la dominación social. Cierto sueño del arte hace algunos años ha sido despedazado por la estricta y acechante vigilia del mercado que ha sido notablemente capaz de montarse sobre los flujos artísticos (que desbordan la institución-arte).

Caminando, como si se dijera, obscenamente, de la mano del trabajo esclavo aparece un inmenso -y vital- sector de trabajo donde las capacidades creativas son solicitadas de una manera impensable para el imaginario económico dominante hasta, quizá, entrados los años 70 (con excepciones). Es entonces cuando, por diversas vías, se destila una nueva forma de dar órdenes y una nueva forma de obedecerlas en el campo de la producción de valores. Una forma imperativa que se desentiende de lo funcional y exhaustivo (en términos mundanos: de la tarea “en sí”) para enfocar en una dimensión genérica, ambiental. Ambiental y paradójica, se oye la orden: sé creativo. La creatividad aparece como una rebeldía inherente a la lógica capitalista. Su modo interno de rebelión.

Esta centralidad de la creación por sobre la tarea provoca -y da cuenta- de un desplazamiento en las estrategias del poder económico (de su constitución, duración y, más aún, de su viabilidad). La tarea, sus límites pautados, preestablecidos, su mecánica solidaridad con otras tareas tenía en la represión su contracara y condición de posibilidad. Hoy, salvo en un nivel muy vago de retórica, es difícil sostener la universalidad de la represión en contextos laborales. Insistimos, su universalidad no su existencia. Al contrario, es notable el incremento de estímulos y condiciones para que la represión no pueda acaecer.

Al cambiar este aspecto se visualiza un cambio correspondiente en las formas de resistencia, antagonismo y alternativas sociales. Si en un contexto laboral represivo la retórica política de la creación funcionó, como en los años 60, como referente de construcción de otro tipo (en otros términos, cierta politicidad disruptiva se inscribía en el acto creativo mismo) hoy, a priori, cualquier acto creativo está disponible para su valorización mercantil. Estrictamente cualquiera.

La velocidad de captura del mercado ha llegado a un punto tal que sucede en simultáneo (cuando no se anticipa) a la creación social. Pensemos, por ejemplo, en las experiencias contraculturales de los 60, que llevaron algunos años para ser procesadas, mientras que en la actualidad parece imposible siquiera pensar en una frontera exterior al dominio mercantil-capitalista de los intercambios sociales.

Es esta velocidad y aquella falta relativa de represión la que nos hace preguntar por el valor disruptivo de la creación en otros términos. Términos que asumen aquella disponibilidad como un territorio de conflictos permanentes, y de múltiples niveles, donde ya no se trata de denunciar o resistir la represión sino de disputar (bio)políticamente aquella disponibilidad. A esa disputa llamaría yo “batalla de la gestión”. Si la creación abunda, se trata de construir lugares, formas organizativas, lógicas de gestión que puedan modular la creación hacia destinos no saturados de valoración capitalista.